Alguien dijo que hoy es un día gris. Me acerco a la ventana de tus ojos: Están locos. En fin, cada uno en su locura, yo en la mía. A propósito, ¿regaste tu sonrisa en la mañana? Seguro que a la tarde está fresquito, me llevo la chaqueta de tu piel abotonada.
¡Salió el Sol de tu sonrisa al mediodía y los colores de tu cara! Hago un alto en un puestito en la parada. Necesito alimentarme, un sanguchito, un pensamiento de vos, y ¡ala!
Ha empezado a llover a media tarde, ya no me llores, que estoy de a pie y ando sin paraguas.
Ya te extraño. Por suerte ya regreso. Hay aire fresco de tu aliento que me alienta a apresurarme. ¡Al fin los dos en casa! Qué apacible el calor de tu fuego, y luego... qué bonita la tormenta que en el lecho se desata...
Sergio W
Suscribirse a:
Entradas (Atom)