Un grano de polvo posado en un tronco que viaja en un río.
Un puñado de agua del río bañando las algas y el plancton pegado en la quilla de un viejo navío.
Tus ojos.
Tus ojos mirando los míos.
Mis ojos mirando la aurora que pinta con fuego en el cielo el estío.
El agua, la arena, las olas.
La rabia del agua babeando la playa.
Las babas del tiempo mojando la arena del reloj del alma.
El verdor.
La nervadura en la hoja más alta de un eucalipto añoso.
Sus ramas llorando tristezas que él mismo no entiende.
Un águila calva que es dueña del cielo, que es reina del mundo, que es dios, o que al menos lo piensa y lo siente.
La manzana de Newton, la huella de Armstrong, la lengua de Einstein.
Las balas de Lennon, las manos de Judas, las rimas de Shakespeare.
Un rabo de nube.
Un rabo de nube arrancado de cuajo a manos del viento.
Y el viento meciendo tu pelo que baila catalas y treguas con hadas de un cuento.
Y la luna y un trébol y el sol y un cristal y un gusano de seda.
Y una lágrima, un rayo de luna, un reloj marcando la una,
los bollos de pan de la abuela.
El instante en que el óvulo es alguien, la vida de un pez, tu niñez
o la dermis que viste el cadáver encinto de huesos,
incluso el hedor de su carne podrida y deshecha,
su materia esparcida y mezclada al fin en la tierra.
Y el recuerdo, y lo abstracto; la idea.
Los aromas, los mares, el aire, incluso el espacio,
las galaxias pobladas de estrellas.
La belleza, el dolor, la grandeza y los males.
Y los hombres, cada planta, cada piedra, cada ave.
Cada grano de arena, cada gota de agua...
Todo eso soy yo.
Y a la vez no soy nada.
Unas motas de polvo formando mi cuerpo que duran un mísero instante en el tiempo.
Un chasquido creador de una nada que llamamos vida, mariposa de un día, que se va a volar en un soplo de muerte que dura una vida.
Un vórtice eterno de polvo que vaga en la nada y alberga en su vientre una especie de alma.
Un dios que no sabe que es dios porque no le han contado.
Y un yo que no sabe si existe,
buscando su alma en los labios que aún no ha besado.
Sergio W
"Esa ráfaga, el tango, esa diablura,
los atareados años desafía;
hecho de polvo y tiempo, el hombre dura
menos que la liviana melodía"
J. L. Borges