Depender Publicado por Sergei , jueves, noviembre 02, 2006 at 9:41 p.m., in Categorías: Escritos, Narrativa

El siguiente cuento se trata estrictamente de un sueño que tuve el día 2/9/2002 a las 8:30 hs de la mañana. Aclaro también que, como suele pasar, a veces uno tiene soñando sensaciones que no son fáciles de explicar. Una de esas es la que traté de expresar con la palabra "situación".

Esos pequeños animalitos se paseaban por detrás de las columnas de ladrillos a la vista. Ellos estaban conmocionados por su aparición. Pero no sólo ellos.
Tan es así que comenzaron a aparecer extraños visitantes que rodeaban la sala y, curiosos e interesados, observaban el fenómeno y la situación, que para ellos y para los habitantes del interior era más que placentera.
Los observadores externos estaban interesados en adquirir tan llamativa y fascinante situación. Pero la situación no estaba aún en venta. Tampoco ellos ofrecieron nada. Por ahora sólo observaban…
En el interior la situación era, en realidad, un tanto diferente. En un ambiente sumamente agradable, a medias luces y con calmantes sonidos que fluían desde detrás de las paredes, la gente yacía en sofás observando esos fenómenos directamente sobre monitores emplazados a mediana altura.
En el centro dos parejas consumían impertérritos el placer del momento. No hablaban y apenas movían sus envoltorios cuerpos. Sólo observaban su vida y la situación (y los duendecillos en los monitores). Pese a esto el diálogo era intenso, muy intenso…
La situación había ido cambiando, así que los visitantes externos se marcharon sin adquirirla.
Eran las 2:30 de la madrugada y las parejas sabían que debían abordar sendos taxis. Sin moverse invocaron al primero de ellos.
Él quería consumir aún más situación, así que cuando el taxi llegó se las arregló para que la otra pareja se marchara primero. Esto sucedió a las 3 en punto.
En los sucesivos minutos ellos se conocieron y disfrutaron más. Hablaron mucho (sin hablar).
Alrededor de las 3:30 el siguiente taxi apareció. Los transportó hasta el apartamento de ella.
Ya en la habitación, ambos sintieron una atracción diferente.
Ella era de mediana estatura, pelo castaño lacio, flequillo, y un rostro confiable y agradable.
Él le expresó sus sentimientos más sinceros. Se abrazaron. Ella correspondió, pero le explicó que creía que no deberían seguir adelante.
La razón: una amiga común le había contado que había visto en la red, un comentario acerca de su personalidad.
En aquel sitio la gente calificaba a otras personas que conocían, para que futuros conocidos de la misma supieran aspectos de la personalidad, el carácter, y otras cualidades. Una especie de base de datos del interior de las personas, y también de su comportamiento.
El sitio era www.lopuedes.com y la descripción sólo rezaba "cree depender de los demás". Por eso ella estaba indecisa.
En ese instante el timbre sonó. Luego ella bajó por las escaleras, que se encontraban en el interior de la casa, aunque del lado de afuera de la habitación.
Las paredes eran de vidrio así que él la siguió con la mirada.
Luego él se dirigió a la otra habitación, desde donde también se podían ver las escaleras ya que las mismas bajaban en forma paralela a la pared de vidrio de esta segunda habitación. Allí él se dirigió a la computadora e ingresó en www.lopuedes.com para verificar qué miserable perra lo había descripto como "cree depender de los demás".
Antes que pudiera encontrar sus datos en el sitio, pudo ver que ella subía por las escaleras con alguien. Ella murmuró que él era su padre.
De pronto él pudo verlo subiendo. Su aspecto era bonachón y protector. De contextura más bien grande. Pero lo que más le llamó la atención era su gran rostro, más bien rectangular, y con un color rojizo, como el de aquellas personas que parecen siempre sonrojadas. Debiera tener muchos capilares que irrigaban cada milímetro cuadrado de su cara.
Ella miró cómplice hacia el interior. De todos modos, esto debe ser el comienzo de algo, pensó él…
Luego él se durmió y continuó soñando la vida real…

Sergio W.